Historia totalmente inventada, creada por mí para quien quiera leerla.
domingo, 28 de septiembre de 2014
NEFASTO INTENTO DE ARREGLAR LAS COSAS. (2x13)
viernes, 19 de septiembre de 2014
DÉJAME A MI. (2x12)
-¿"Scream" o "Un paseo para recordar"? -Pregunto tras haber llegado a la conclusión de que esas eran las mejores para hoy.
-La que tu prefieras.
-No, elige tú.
-Elige tú, que a mi me da igual.
-Que no, que tú. Yo he visto las dos. - La tonta discusión se prolonga durante unos minutos hasta que termino por ceder.- Vale, pues vemos "Scream".
-¿La de miedo? Jo, pon mejor la de amor.
-¡Eres una tocapelotas! - Pongo la que ella ha querido y lanzo el mando al suelo. Me hago la enfadada, pero rápidamente se me pasa cuando me abraza con fuerza y alza la cabeza para darme un beso en la mandíbula.
Podría decir que las películas de amor no me gustan y que hubiera preferido mil veces poner la de miedo. Podría decir que "Un paseo para recordar" me ha aburrido y he acabado dormida cuando iba por la mitad. Y podría seguir diciendo un montón de cosas de ese tipo, pero la verdad es que serían mentira. Lo cierto es que me he pasado más de media película con los ojos derrochando lágrimas y el alma temblando. Esta película es amor. Amor por encima de todo. De gente, de enfermedad y de los propios protagonistas. Yo quiero amar, y creo que lo hago, como lo hacen ahí. Por más que la vea, nunca me canso. Hay una parte que me encanta:
lunes, 15 de septiembre de 2014
VUESTRAS IMAGINACIONES IV
Alzo la cabeza esperando que el sonido que ha retumbado por todo el jardín sea una simple imaginación mía, y no me da tiempo a nada más cuando observo que alguien intenta colarse en mi casa saltando por el muro de hormigón situado al lado de la puerta principal. Su melena rubia la delata. Creo que nadie podrá llegar a tener, jamás, una cabellera tan perfecta como la de Patri. Por mucho que lo intenten. Salta con una agilidad sorprendente y se sacude el pelo mientras pestañea de manera repetitiva intentando aclimatarse al cambio de luz que le ha provocado la farola que le ha ayudado a invadir mi propiedad. Me sonríe a quemarropa, sabiendo que me voy a derretir con ese gesto. Pero hoy no tiene la respuesta que ella espera y se acerca con la cabeza torcida haciendo desprender de sus ojos un brillo especial. Ese que utiliza cuando intenta convencerme de algo.
- ¿No puedes venir a horas normales? - Espeto con rabia mientras me pongo la camiseta por encima – Me has asustado, joder.
- Va cariño, te echaba de menos – Me suplica acercándose peligrosamente a mi – Además que hace mucho calor y nos podríamos meter en la piscina. Ahora no nos ve nadie.
- Métete tu. Pero la próxima vez mandas un mensaje. Es lo habitual que hace la gente cuando echa de menos a su novia.
La oigo quitarse la ropa y tirarse desnuda al agua. Sé que lo hace para provocarme, pero esta vez no puede ser. No es la primera vez que salta hacia mi jardín sin esperar a que nadie le conteste. Y no sería la primera vez que se hace daño al hacerlo. Pero su locura le impide ver la peligrosidad de invadir propiedades privadas encaramándose entre farolas y muros. Y es el miedo a que algún día caiga mal el que me hace enfadarme con ella hasta el punto de no querer verla.
De repente noto sus besos por el cuello pero mi mente decide no hacerles caso y seguir caminando hacia las escaleras que llevan a mi habitación. Pero mi cuerpo traiciona, como siempre, a mi cerebro y decide dejarle el espacio justo a sus labios para que se paseen por esa parte de mi cuerpo que sabe que me vuelve loca. Y me traiciona todavía más cuando noto que pega su cuerpo mojado a mi espalda, haciéndome notar su excitación con la punta de sus pezones. No puedo evitar girarme para fundirme con sus labios. Hoy, más que nunca, tiene la capacidad de excitarme con apenas un roce de su lengua con la mía. Y me encanta ese poder que tiene sobre mí. En apenas segundos estamos en el borde de mi cama y sin apenas milímetros de separación entre ambas. Decide girarse y tumbarse, con la mínima delicadeza posible, arrastrándome para que caiga encima de ella, clavando las rodillas en el colchón, alrededor de su cadera.
- Déjate hacer – Me susurra alejándose de mi boca.
Me quejo. En estos momentos no permito que nadie, ni siquiera ella, rompa la locura irracional que crea el baile de nuestros labios. Porque sé que habrá locuras racionales, pero también sé, que sus besos desconocen ese término. Y por mucho que después lo niegue, me encanta que lo desconozca, que bese cada parte de mi cuerpo como si fuera el último, que recorra con su lengua todos los rincones de mi cuerpo, haciéndome entrar en esa dinámica de locura irracional de la que jamás podré salir.
Sujeta mis caderas con fuerza para, sin esperármelo, levantarlas y dirigirlas hacia su rostro. Y yo no puedo hacer más que sujetarme con dificultad al cabecero de la cama. Con la dificultad de saber que en apenas segundos la humedad de su boca se entremezclará con la de mi propia excitación. Esta vez no hay tiempo para caricias, ni para susurros cariñosos, ni siquiera para los besos con dulzura previos al momento cumbre. Suelto un gemido ahogado al notar una mordedura en mis piernas. Conoce demasiado bien mi cuerpo. Tanto que sabe tocar con sus dientes el límite exacto de la frontera del placer. Antes de que mis cuerdas vocales terminen de emitir el leve sonido placentero noto como su lengua se adentra en mi sexo, moviéndola con la exactitud perfecta que solo ella sabe, con movimientos justos y certeros. Con la velocidad necesaria en ese momento. La que ella impone sin pudor. Y mi cadera comienza dejarse llevar cuando Patri decide que sus dedos también deben entrar en acción. Sin pausa. Me balanceo sobre su rostro en busca del orgasmo que sé que no va a tardar en llegar. Mi pecho suplica su presencia cuando su mano libre se aleja de él. Había estado desde un principio acariciándolo sin piedad. Al mismo tiempo siento que su otra mano se desliza saliendo de mi cuerpo. Giro ligeramente mi mirada hacia atrás, buscando una explicación. Y es en ese instante cuando veo que una de sus manos busca su propio sexo y que acompasa ambas manos. Una en su sexo, otra en el mío. Y su intento de buscar la excitación de ambas hace que me encienda mucho más. No puedo dejar de mirar como mi chica acelera los movimientos de su mano en su propio sexo y ya me da igual que siga tocándome como lo hace ahora mismo. Y son sus movimientos, su imagen... Es ella la que hace que lleguemos a la vez al paraíso que tanto ansiábamos. Y es su último suspiro el que choca con mi sexo el que hace que se me erice hasta lo más profundo de mi ser.
Me deslizo suavemente para quedarme tumbada completamente encima de ella, acompasando nuestras respiraciones todavía aceleradas. Intenta besarme en la punta de la nariz, pero aun no ha conseguido hacerlo sin rozar mi piercing de ésta. Creo que es el único beso que se le resiste. Por más que se lo repito, ella siempre piensa que me puede hacer daño si lo mueve. Y por más que lo prueba, su extraño movimiento hace que su labio inferior se pellizque con la apertura del pendiente, haciendo que una carcajada conjunta se escape de nuestras gargantas y se junte, sin permiso, con la excitación que hay flotando por las cuatro paredes de mi habitación. Una excitación que hasta el más tonto e ingenuo notaría. Diría que hasta podría palparla.
- La próxima vez, avísame – Digo mientras sujeto la mano que poco antes estaba dentro del cuerpo de Patri.
- Lo siento, yo no... - Me dice buscando mi mirada mientras el rojor se apodera de sus mejillas.
- Tonta – Le callo besándola suavemente – No sabes lo que me ha gustado verte.
Nos abrazamos y creo que ese es el paraíso perfecto. Haría mil veces el amor con ella solo por estos momentos. Por tenerla entre mis brazos tranquilamente mientras las gotas de sudor pelean por juntarse con nosotras. Lo haría por escuchar, como siempre, el “Te quiero” que rebota en las paredes y se queda ondeando hasta que decidimos callarlo con otro “Te quiero” que suena mejor que el anterior.
sábado, 13 de septiembre de 2014
VUESTRAS IMAGINACIONES III
1. @Novelateconozco.
- Cómo sea ella la mato, juro que la mato. - Voy gruñendo mientras bajo las escaleras y me dirijo a la puerta. - Esta es tonta. - Por el video portero veo a Patri girando sobre si misma y buscando algo en su bolso, seguramente las llaves.
Le abro la puerta para que entre y veo como se lleva la mano al pecho del susto que se lleva. - Pero quieres entrar!! - Le grito al ver que esta quieta como un pasmarote. Con alguna dificultad llega hasta la puerta principal.
- ¿Te he despertado? - Pregunta con miedo.
- Es lo que pasa cuando me estaba costando coger el sueño y tocan al timbre.
- ¿Yo he tocado el timbre? - Dice extrañada y señalándose a si misma. Madre mía, la borrachera que lleva es importante. Pongo los ojos en blanco y la cojo del brazo para que entre.
La llevo a la habitación y empiezo a desvestirla para meterla en la ducha. Me cuenta toda su noche de fiesta y yo no entiendo ni una palabra de lo que me dice. La empujo hacia la ducha y abro el grifo de agua fria. Pega un grito ahogado y a pesar de mi enfado no puedo evitar reirme.
- Dios! Esta helada. - Se queja.
- Te jodes, eso por despertar a tu novia.
La tentación de meterme con ella y hacerle el amor es demasiada alta. Pero no, el enfado y el saber que en cuatro horas tengo que ir a trabajar, me frenan.
En otra ocasión ni me lo hubiera pensado.
La ducha de agua fría parece haber hecho efecto, por lo menos ya vocaliza.
- ¿Nos comemos un helado? -
- ¿Ahora?
- En verano cualquier hora es buena para comer helado. Vamos!
Y ahí estábamos casi a las cinco de la mañana tiradas en el sofá, comiendo helado y hablando.
- Y después de estar dando vueltas como unos tontos, hemos acabado en la discoteca de siempre. - Mientras Patri me cuenta su fantástica noche se me van cerrando los ojos, pero a ella parece no importarle, no deja de hablar. - Por cierto, he visto a Jorge, te manda saludos. - La miro extrañada, no sé de que Jorge me habla. - Jorge, tu ex, el que me presentaste ese día en el restaurante. - Ya ni me acordaba de que había estado con él, hace bastante tiempo ya de eso. - Que no es por nada, pero tenías el gusto en el culo, esta muy estropeado.
- Jorge siempre ha estado muy bueno, reconócelo. Además, yo siempre he tenido muy buen gusto, tss.
- Te voy a decir yo dónde tienes el gusto. - En un segundo la tengo encima de mi cuerpo dejando besos y mordiscos por mi cuello, con sus manos volando por mis piernas y haciendo que la temperatura de mi cuerpo aumente. Y mi cabeza recordándome que que ya solo me quedan tres horas de sueño.
- Patri no.
- Patri si....
En menos de dos horas me ha revolucionado. Me ha enfadado, me ha hecho reir, me ha excitado y me ha llevado a tocar el cielo. Si una persona te hacer sentir todas esas sensaciones y más, es que merece la pena tenerla en tu vida...Y Patri merece mucho la pena.
2. Chica de la voz bonita :')
Hice caso omiso a la llamada, y busqué la posición idónea para descansar. Por la hora que era supuse que sería algún borracho. Cuando creí que ya había conseguido encontrarla y mi cuerpo estaba aparentemente relajado, el irritante ruido de la puerta volvió a sonar. Sobresaltada me dirigí a abrir con la intención de mostrarle a la misteriosa persona que se escondía tras la puerta mi indudable enfado. Al abrir, y ver de quién se trataba, mis ideas cambiaron por completo. ¿Qué hacía ella aquí? Y ¿por qué no me había avisado de que venía? ¿Y a estas horas? Miles de preguntas se acumulaban en mi cabeza, pero no era capaz de comenzar a soltarlas por orden sin atragantarme.
-No preguntes, primero déjame explicarte.
-Carol ¿qué cojones ha pasado? - Mi corazón en ese momento sentía que su lugar estaba en otro lado y deseaba salir por mi boca lo antes posible.
-¡Relájate! ¿Puedo...? - apartó su mirada de la mía y la puso dentro de mi casa.
En ese momento mi mente no paraba de darle vueltas a todo e intentaba buscar una explicación a esa inesperada visita.
Con Carol no había tenido nunca mucha relación y por eso me alarmaba tanto que estuviera aquí, hoy, sin previo aviso, a las cuatro de la madrugada. Todas las conclusiones a las que mi cabeza llegaba tenían algo en común, Patri.
-Dímelo ya por favor, ¿le ha pasado algo a Patri?
-No exactamente...- su mirada se entristeció de un segundo a otro y sus ojos encerraban un mar de lágrimas que le pedían a gritos salir - Es mi madre Malú, ha tenido un accidente de coche y está muy grave en el hospital.
- ¿Qué? -Mente en blanco, palabras que taladraban mis oídos haciendo que cada una de ellas llegara más adentro de mi sin freno alguno, cara descompuesta y sentimientos a flor de piel.
- Ella salía de trabajar y llegando a casa, un conductor con unas copas de más, se la llevó por delante... - su voz era débil, apenas imperceptible para una persona a más de dos metros de nosotras.- Recibimos una llamada y directamente fuimos al hospital. Patri no quería preocuparte y menos sabiendo lo que ha pasado, pero sentía que tenía que decírtelo.
- Lo siento... - Mis palabras estaban buscando un hueco por el que salir, pero el nudo que se formó en mi garganta impedía que su búsqueda finalizara con éxito.
- Sé que las cosas entre mi madre y tú no están bien, pero Patri ahora te necesita más que nunca.
¿Y qué se supone que tenía que hacer yo ahora? ¿Ignorar todo lo que me había dicho y ayudarla a recuperarse? Mi corazón me decía que fuera corriendo a apoyar a la mujer de mi vida, que probablemente se encuentre en uno de los peores momentos de la suya, pero mi cabeza se negaba a dejar fluir mis sentimientos. Sabía que era orgullosa, pero ¿tanto como para dejar tirada a Patri en una situación tan delicada como esta? Necesitaba pensar, aclararme las ideas, dejar enfriar el asunto y que las cosas trascurrieran por su debido camino, pero no había tiempo. Ella me necesitaba más que nunca y no entendía cómo podía ser tan egoísta y estarlo pensando todavía, cuando al contrario, ella seguro que no hubiera tardado si cinco segundo en coger sus cosas y venir a por mi. Yo necesitaba tiempo y Carol una respuesta. Y ninguna de las dos cosas las tenía.
3. @Desi_madrid21
Me levanto pensando en matar al que en ese momento este llamando a la puerta y susurro - con lo que me ha costado dormirme coño - Voy lentamente abrir. Con calma pero sin prisa.
Abro la puerta y la cara me cambia por completo. De repente el sueño que sentía había desaparecido y mi cuerpo, en ese momento, se lleno de preocupación. En la puerta estaba mi madre, la mujer que me trajo al mundo. Estaba cabizbaja con los ojos hinchados de tanto llorar. Cuando iba a preguntar que habia pasado , se me adelantó y me abrazo llorando desconsoladamente. La metí en casa como pude sin despegarme de ella ni un solo instante, quería demostrarla que siempre estaría a su lado como tantas y tantas veces había estado ella conmigo. Nos sentamos en el sofá y cuando por fín se tranquilizó decidí dar el paso y preguntar.
- ¿Mamá, que ha pasado?- Mientras acariciaba su mano.
-Malú, no aguanto más esta situación... Todo el día discutiendo, enfados, si ni si quiera mirarnos a la cara. Lo quiero pero no puedo más cariño, no puedo más.-Se volvió a derrumbar entre mis brazos mientras las lágrimas empezaban ha aparecer en mi rostro.
-Mamá... No sabía que estuvierais tan mal. Porque no me habías dicho nada? Sabes que estoy a tu lado - Acompañado de un dulce beso en la frente.
-Cariño no quería preocuparte. Estas de gira y hasta arriba de cosas. No quería que esto afectará a tu trabajo. Se lo importante que es para ti. Tu hermano Jose tampoco sabe nada pero... Hija, he tomado una decisión.
-Vais a separaros? - mis lágrimas llevaban tiempo pidiendo salir a gritos. Por mucho que intentaba aguantar , por mi madre, no lo pude evitar.
- SÍ Malú, quiero el divorcio.
CONTINUARÁ.....
4. @Apruebadeti_
Me sobresalto inevitablemente. Mis nervios se disparan al son de mis latidos, que aumentan de ritmo conforme pasan los segundos. No es normal que alguien me visite a horas tan extrañas. Al menos sin avisar. Estaba sola porque Patri tenía una cena de amigas de adolescencia. De estas en las que te lías contando anécdotas hasta el amanecer.
Entro sin darme demasiada prisa. De nuevo el sonido del timbre vuelve a retumbar en todos los lugares de la casa. Es realmente ensordecedor en el silencio de la madrugada. Una camiseta que tengo tirada por el salón me sirve para cubrirme.
Me asomo por la mirilla. Pero la poca luz de la calle no me permite distinguir de quien se trata. Aún así abro la puerta. Mi sexto sentido me dice que debo hacerlo. Rara vez me falla. Y no me equivoco.
Allí está. Con esa carita de niña buena que tanto me gusta. Aparta su melena rubia hacia atrás con un gesto de lo más sexy. Lleva una camiseta de tirantes semi-transparente y unos shorts de color azul que me invitan a abandonar la poca cordura que me queda cuando la tengo delante. Conozco su locura, así que no me sorprende que esté rondando mi puerta a las tantas de la madrugada. Ella es así. Niego con la cabeza mientras la miro sonriendo.
—Hola... -susurra con un suave hilo de voz apenas imperceptible. Necesito leer sus labios para adivinar sus palabras.
Su tono de voz sumado a la hora que marcan las agujas del reloj hacen que la preocupación me invada. Tal vez esta no sea una de sus locuras.
—¿Que haces aquí? ¿Estás bien? ¿Has bebido? ¿Ha pasado algo? -disparo una pregunta tras otra sin darle tiempo para contestar.
—Sssshh! Pareces mi madre cariño... -dice posando su dedo índice sobre mis labios. Y acto seguido lo que deja sobre ellos es un beso. Un dulce beso que me sabe a gloria.
—Patri, ¡son las cuatro de la mañana! ¿Que quieres que piense? -digo sin dejar de observar sus preciosos ojos —Además... Tu no tendrías que estar con tus...
Su dedo vuelve a aterrizar en la pista de mis labios impidiendo que mis palabras salgan a la luz. Me calla sin más. Pero me dedica una de sus sonrisas para quitarle hierro al asunto. Y sucumbo. Claro que lo hago. Me quedo prendada de ella y una sonrisilla de enamorada se adueña de mis labios. Porque si. Porque ellos solos, sin consultarlo con nadie, han decido sonreír.
—¡Vístete! Quiero llevarte a un sitio.
—Cielo, definitivamente te has vuelto loca.
—Malú, deja de quejarte. Tienes cinco minutos a partir de ya -dice tajante con un aire de mandona que me pone a mil.
Obedezco sin rechistar. Sé que acabará convenciéndome. Siempre lo hace. Subo hasta mi habitación. Me visto con lo primero que saco del armario. Una camiseta y un pantalón corto. Con este calor seria capaz de irme en ropa interior. Pero no es cuestión de ser portada hasta en los periódicos de la prensa internacional. Me convertiría en la Miley Cyrus española. Y ya no tengo edad para eso.
Mi chica continua en el mismo lugar que antes. Cuando me ve aparecer abre el primer cajón del recibidor y registra entre un montón de llaves que guardo allí. Sin pensarlo dos veces saca las de mi coche. Se apropia de ellas y me dirige de la mano hasta el vehículo. Desconozco el motivo, pero esta exultante. Y me encanta verla así. Así que sigo sin dudar cada una de sus indicaciones.
Subo en el asiento del copiloto. No tengo ni idea de donde vamos a las cuatro y pico de la madrugada. Lo único que tengo claro es que las ojeras de mañana me van a llegar hasta el suelo. Y odio mis ojeras.
Trato de adivinar a donde nos dirigimos. Pero me resulta imposible. La escasa señalización no ayuda demasiado en mi intento fallido por encontrarme. La oscuridad de la noche se apodera de la carretera por la que circulamos. Tanto que la mayoría del camino lo hacemos con las luces de largo alcance. Suerte que no nos cruzamos ni a un solo coche.
Y llegamos hasta donde ella quería. Nos detenemos en algún lugar del mundo. A saber en cual. No se ve absolutamente nada. La miro con cara extrañada. Patri se parte de la risa al verme así. Risa que me contagia sin saber por qué. Le encanta sorprenderme. Baja del coche. Abre mi puerta y me invita a hacer lo mismo.
—Cierra los ojos -ordena.
—Cielo, no se ve un carajo. ¿Crees que es necesario que los cierre?
—Hazme caso por favor.
Cierro los ojos. Y no es muy distinto a tenerlos abiertos. Oscuridad en cualquier caso. Noto sus manos posarse delicadamente sobre mi cintura. Me estremezco al sentirla. Doy pequeños pasos. Tan pequeños que Patri se encarga de acelerarlos. Y me acoplo a ellos. Camino con la confianza que solo ella es capaz de transmitirme. Podría caminar con los ojos cerrados al borde de un precipicio a cien mil metros de altura si fuera ella la que guiara mis pasos.
Paramos de golpe. Apoya su cabeza en mi hombro. Noto su respiración en mi cuello. Y eso me vuelve loca. Sonrío todavía con los ojos cerrados.
—Ya puedes abrirlos... -susurra en mi oído sin cambiar su posición.
Y lo hago. No sé donde estoy. No sé que lugar es ese. Pero tengo Madrid a mis pies. En pequeñito. Como si se tratará de una fotografía. Multitud de luces blancas iluminan ese precioso paisaje. Se distinguen a lo lejos los edificios más imponentes de la ciudad. Me quedo fascinada ante tanta belleza. Me encantan las ciudades de noche. No se que tienen... Pero algo tienen.
La miro sin decir nada. Mis palabras se han quedado pequeñas para enfrentarse a este momento. Así que me basta con compartir una mirada. Una mirada llena de complicidad. Sin decir nada le agradezco que me haya traído hasta aquí. El destello chispeante de sus ojos es casi más bonito que todo aquello. Está preciosa. Alumbrada solo con el fuerte reflejo de la luna. Acaricio su cara con suavidad y la beso lenta pero intensamente.
Sabe responderme a la perfección. Nuestras lenguas se buscan sin ninguna prisa. Saben que se van a encontrar siempre que lo deseen. Porque están destinadas a ser una sola. Igual que nuestros labios. Con ambas manos pego su cuerpo al mio. Y la siento complemente. Ni una sola pizca de aire seria capaz de pasar entre ellos. Y no me importa. Me quedaría así de por vida. Porque de esta forma me siento segura.
Pero es ella la que deja de besarme. Se sienta en el césped y me mira desde abajo. Abro sus piernas y me siento en medio de ellas. Dándole la espalda y utilizando su cuerpo como respaldo. Sé que le gusta. Besa mi cabeza y me rodea con sus brazos. Y ese gesto me mata lentamente. Consigue romperme en mil pedazos con las cosas mas insignificantes. Y no es la primera vez. He vivido multitud de momentos así con ella. Pero esta noche estoy sintiendo cosas a las que todavía no puedo ponerles nombre. Quizá sea magia.
—A veces vengo aquí cuando nos enfadamos -dice deshaciendo el silencio. —Observo los edificios, las luces, la inmensidad de la ciudad. Toda la gente que habita en ella... Y me pregunto por qué.
—¿Por que, que? -pregunto con curiosidad.
—¿Por que yo entre tantas personas?
Y esa pregunta llega de la nada quebrando todos mis esquemas. No me molesta. Al contrario. Y aunque me pilla desprevenida no necesito pensarla ni dos milésimas de segundo.
—Porque eres mi más bonita casualidad... Porque me enseñas cada día a ser mejor persona... Porque gracias a ti sé lo que es el amor... Porque muero cada vez que te veo sonreír.... Porque no imagino una vida en la que no estés tú... -susurro haciendo pequeñas pausas entre cada motivo.
Giro la cara para mirarla. Noto como traga saliva. Aprieta los labios y una lágrima recorre su mejilla. Está totalmente emocionada. Me sorprende su reacción. Pero a la vez me encanta.
—Te quiero mucho tonta -y sello mis palabras con un beso.
—Malú...
—Dime.
—Cásate conmigo.
………
Y ahora yo reto a la jefa @novelaconmalu a que continúe mi continuación. Jijiji No me mates...
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JAJAJAJAJAJAJAJAJA bueno, como habéis visto la señorita @Apruebadeti_ me ha retado a continuar su relato y yo, teniendo en cuenta que durante toda su continuación no he podido dejar de sonreír.... Acepto el reto. Dejaré claro que lo que yo he escrito como continuación NO TIENE NADA QUE VER CON LA TRAMA PRINCIPAL DE LA NOVELA. LO QUE PASE AQUÍ NO INFLUYE EN LA HISTORIA.
Y bueno, aquí os dejo mi continuación a la continuación. Espero que os guste:
5. Continuación de la continuación. @NovelaconMalu
Siempre he pensado que el matrimonio no sirve para nada. Que es un simple papel donde pone muchas cosas sin sentido,o quizás tienen sentido y yo no se lo encuentro. Y al final firman los involucrados, al igual que si compraras un coche o un piso. ¿Acaso el amor es comparable a una venta? Tengo miles de descripciones imperfectas para el amor, pero desde luego "compra" no está entre ellas. Lo único que podemos cambiar por el amor es más amor. Ni dinero ni otras estupideces. Creo que no es necesaria una firma para demostrar que quieres pasar la vida con la persona a la que quieres. Eso se demuestra con otras cosas posiblemente mucho más simples. Hechos. Besos. Palabras. Sonrisas. Mariposas en el estómago. Te quieros que recortan kilómetros. Un corazón desbocado a causa de un suspiro deseoso. Miles de opciones lejos del matrimonio. Porque cuando el tiempo pasa el papel se puede romper, y lo único que nos queda son los recuerdos de todas esas acciones.
La tengo enfrente. Mirándome a los ojos muy de cerca y pidiéndome con ellos una respuesta. Le brillan más que nunca, y eso ya es decir. Quizá es una de las respuestas más cortas de mi vida, un si o un no, pero también una de las más difíciles. Diga lo que diga va a traer consecuencias, y todas me dan miedo. ¿Para qué una boda? Ni siquiera me lo ha pedido con un anillo como el resto de la gente. Ella es especial incluso para pedir matrimonio. Al pensar esto se me escapa un sonrisa pequeña que provoca la suya. Y pasa. Pasa que me cuelgo de la curva de sus labios y me sumerjo en la inmensidad de su mirada.
Y ahí, teniéndola nerviosa junto a mi, me da por pensar en todo lo que hemos vivido juntas y los sentimientos que me ha transmitido en tanto tiempo. Ninguno tiene desperdicio. Ese "no te vas a librar de mi tan fácilmente" al que le di menos importancia de la que merecía. El primer roce de nuestros labios en la pista de skate que me enganchó a ella. Esa primera vez, con nervios e inseguridades pero repleta de magia. Todas las demás veces, de todo tipo: relajadas, fogosas, tiernas... Su infinidad de locuras, como cuando me llevó a esa piscina desamparada. Su debilidad al darse cuenta de que la ha liado, como cuando se emborrachó. La ilusión en nuestro rincón de Almería. Su sonrisa jugando con mi hermano pequeño. El dolor de nuestra primera y única ruptura, que sirvió para darnos cuenta de que lo nuestro es inquebrantable. El reencuentro en la fiesta, donde volvió a despertar mil cosas que creía muertas. Sentirme libre corriendo de su mano por Madrid. Perder con ella la cabeza, aunque estuviera saliendo con otra persona, o dentro de un probador mexicano. Notar como me descompongo en un hospital extranjero y disfrutar de la forma con la que me hace fuerte. El bienestar que siento en los viajes lejanos al poder abrazarla sin complejos.
Acabo de poner algunos de nuestros momentos juntas, pero podría seguir durante toda mi vida. Y toda mi vida quiero seguir sumando experiencias a su lado. Me ha dado tanto que me siento incapaz de negarle el matrimonio. Con papel o sin él, voy a quererla igual. Si algo nos ha enseñado el transcurso del tiempo es que nuestra relación es fuerte, y una ceremonia no la va a romper. Entonces, ¿por qué negarle mi mano? Empiezo a verle un poco el sentido a casarme. No es porque me guste a mi, es porque a ella le hará feliz. Y si hay algo que pueda sacarle una sonrisa, yo deseo llevarlo a cabo. Porque mi felicidad depende de la suya. Os juro que no me imagino subida al altar vestida de blanco. Eso no es para mi. En cambio, si a mi lado está ella, también vestida de blanco y con esa sonrisa que enamora, no tengo ninguna duda de que quiero hacerlo.
Y me pregunto... ¿A cuánta gente le habrá pasado esto? Te tiras toda la vida renegando del matrimonio porque no le ves sentido hasta que, de pronto, alguien te hace entenderlo. Entender que detrás de las firmas en un papel hay dos personas que se quieren y, sobre todo, que quieren pasar la vida juntas. Entender que hay cosas que no las haces porque te hagan directamente feliz a ti, pero te aportan felicidad al saber que otra persona las va a disfrutar.
-Por favor, responde. - Se ríe de manera nerviosa. No sé cuanto tiempo llevaré sumida en mis pensamientos. - Sé que nunca has creído en el matrimonio pero...
-Sí, quiero. - La interrumpo. Se queda bloqueada, con los ojos abiertos y mi mano entre las suyas. - Sigo pensando que ese papel no va a hacer que duremos más. Pero también sé que no va a hacer que duremos menos, simplemente por el hecho de que lo nuestro no va a acabar nunca. Así que... Quiero.
Más brillo en los ojos. En los míos y en los suyos. Se apresura hacia mi boca y me besa. Besos lentos. Rápidos. Cortos. Largos. Intercalando te quieros. De todo tipo. Sé que no me he equivocado al dar esa respuesta, aunque sólo sea por ver esa reacción. No me voy a arrepentir porque la he hecho feliz, y eso es lo que más me llena en esta vida. Por su mejilla desciende una lágrima de felicidad, y cuando me quiero dar cuenta estoy llorando como una loca.
-¿Estás segura? - Me pregunta aún sobre mis labios.
-Al principio no, ahora si, y quién sabe qué pensaré luego. Pero, ¿desde cuándo la seguridad nos ha dado cosas bonitas? Casi todo lo bueno que hemos vivido ha sido gracias a tus locuras, y presiento que esta vez no va a ser menos. Te quiero y quiero hacerte sonreír todos los días.
- Te prometo que lo haces. - Vuelve a besarme, ahora mucho más sutil. Me da las gracias con cada movimiento de sus labios sobre los míos, pero lo que no sabe es que las gracias se las tengo que dar yo a ella, por miles de razones que creo innecesario enumerar. - Te quiero.
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Como ya he avisado, no se van a casar realmente en la novela. Sólo lo he escrito por el reto. Muchísimas gracias a los participantes y espero que me sigan llegando textos. ¡Gracias! :')
viernes, 12 de septiembre de 2014
VUESTRAS IMAGINACIONES II
Me levanté y, sin dudarlo, puse rumbo hacia mi habitación. Estoy convencida de que se trata del hijo de los vecinos. Un niño de 15 años, demasiado consentido, que últimamente su máxima diversión es tocar timbres ajenos para despertar al vecindario y que éstos, los conozca o no, se unan a su fiesta particular, donde el alcohol era lo único que no tenía fin. Bueno, el alcohol y la energía que desprendía hasta altas horas de la madrugada.
Ni siquiera he podido meterme en la cama cuando vuelvo a oír un ruido procedente de la calle. Esta vez no es el timbre, pero creo saber como puede continuar esto. Me acerco al ventanal con el único objetivo de pegar un par de gritos a aquél adolescente rubio que suele vestir con la gorra del revés. Pero justo cuando abro mi boca, tengo la obligación de cerrarla de nuevo. Lo que veo no me lo esperaba, y un cosquilleo de intranquilidad recorre mi cuerpo como si de un relámpago se tratara. Mis pies comienzan a caminar sin ritmo acompasado, con una torpeza inusual en mi, pero mi mente es tan traicionera en estos momentos que no me deja ni parar a pensar la manera de andar sin tropezarme. En apenas segundos llego a la puerta que da al jardín pero se me ha adelantado y ésta ya se está abriendo suavemente. Sé que intentan hacer el menor ruido posible para no despertarme.
- ¡Joder Malú! Que susto me has dado – Me grita Patri con una de sus manos en el pecho - ¿Qué haces aquí? Al no contestar pensé que estabas dormida.
Y yo me quedo ahí, sin poder emitir sonido alguno. Perdiéndome en los nervios que me ha creado verla cruzar la puerta del jardín. Y no reacciono hasta que noto una leve caricia en la mejilla seguido de un “¿Estás bien?” que me transmite una paz entremezclada con un toque de intranquilidad que nunca podré explicar con claridad.
- ¿Que te ha pasado? ¿Tu no estabas con tus amigas camino al viaje de tu vida? ¿Por qué has vuelto? ¿Ha ocurrido algo con...? - Replico sin a penas vocalizar y mucho menos dejar espacio para que mi chica conteste. Y es ella misma la que me coge de las manos, que hasta ese instante se habían mantenido haciendo aspavientos estúpidos, y me besa ligeramente en los labios para hacerme callar.
- No ha pasado nada, solo que me he dado cuenta que no quería estar allí. - Me dice sin soltar las manos y mirándome con una profundidad que hace que me vuelva muy pequeña y me transporte al paraíso que solo ella puedo crear con el verdor de sus ojos.
- Llevas años planeando ese viaje. No me vengas con chorradas. ¿Que cojones ha pasado, Patri? - Le suelto impaciente. No entiendo como ni por qué está aquí, a mi lado, pero sé que algo ha pasado para que anule unos planes con los que llevaba soñando desde que empezó el instituto. Ella y sus amigas deseaban perderse por selvas que sólo ellas sabían dónde se encontraban.
- He parado en una gasolinera y he mirado el móvil instintivamente – Empieza a explicarme sin apartar mínimamente su mirada. Y yo me muero lentamente con ella. No me puedo resistir a la verdad que desprende con ella – He visto el fondo de pantalla, la de nuestros meñiques entrelazados, y me he dado cuenta que me equivocaba. Tengo estas semanas de vacaciones y en lo único que puedo pensar es en volverme a Madrid y verte. He tenido que darme la vuelta al darme cuenta que el viaje de mi vida estaba aquí, contigo. Peleándome con tus perras porque me roban minutos de mi vida contigo, mirándote en el backstage de cada concierto pensando que esos bailecitos me los harás después en privado - Suelta con una risa pícara antes de volver a la poca seriedad que le caracteriza- Me he dado cuenta que el viaje de mi vida es quedarme dormida observando fijamente como la mujer de mi vida se hace la dura para intentar aguantar despierta más que yo. No quería irme dos semanas sabiendo que ese momento es muchísimo mejor que todo lo que pueda descubrir perdida entre matojos.
2. Anónimo 18.
Pego un pequeño salto porque no me lo esperaba. La verdad es que estas no son horas para ir llamando al timbre así que como seguramente será un graciosillo o graciosilla intentando molestar un poco lo dejo pasar y sigo intentando conciliar el sueño. Aunque no me dura mucho porque de nuevo vuelven a llamar pero, ahora, se suman también fuertes golpes en la puerta. Empiezo a asustarme de verdad, no sé quién puede ser y qué estará pasando. Si Patri estuviera a mi lado estoy segura de que ya me hubiera tranquilizado. Tiene esa capacidad de transmitir tranquilidad y seguridad con dos sencillas palabras. Pero ahora ella está en México ejerciendo el trabajo de fotógrafa que empezó hace tiempo con mi gran amigo Dani Martín, ya que el disco lo va a grabar allí y eligieron también hacer las fotos en el país americano. Se ha ido solo para tres semanas que a mí se me hacen eternas y más ahora que he acabado mi gira y estoy de vacaciones. Y así es como me siento cuando Patri no está, sola, insegura y aburrida.
Llego a la puerta y miro por la mirilla y, por suerte o desgracia, no veo a nadie. Me enfurece mucho la gente incompetente que solo se divierte molestando a los demás, así que igualmente abro la puerta para ver si por suerte pillo al desgraciado o desgraciada que ha venido a tocar las narices a mi casa.
-¡Anda! Ya pensaba que no me ibas a abrir…- dice mi hermano José saliendo otra vez del coche.
- ¿Se puede saber qué haces aquí a estas horas? ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?- Suelto todas estas preguntas del tirón, cosa que provoca la risa contagiosa de mi hermano.
-No, hermanita, tranquila. No ha pasado nada. Simplemente no puedo dormir porque tengo mucho calor y como he visto que estaba en línea en el Whatsapp pues… he venido a molestarte un poco.- dice tan tranquilo y orgulloso – y soy yo el que debería preguntarte a ti qué haces a estas horas despierta… - tiene razón. No había caído en que tampoco es normal que esté despierta a estas horas.
-Pues mira, sorprendentemente me pasa lo mismo que a ti. Venga entra y nos comemos un helado de esos grandes para refrescar y desahogar mis penas con alguien. – le digo con la intención de contarle cuánto echo de menos a mi chica.
Pasamos un gran rato comiendo, hablando, llorando, riendo y alguna vez que otra discutiendo y así así se nos hacen las cinco de la mañana.
De repente alguien llama a la puerta, por segunda vez ya en esta noche. Miro extrañada a mi hermano. En cambio noto que su mirada es más pícara que otra cosa.
-Acompáñame a abrir, que tengo miedo. – le digo pasando de largo su tranquilidad.
-Venga. – dice levantándose del sofá.
Nos acercamos rápidamente a la puerta, y esta vez abro de inmediato sin mirar por la mirilla.
-¡¡SORPRESA!!
3. @Lan28Fan
El timbre sonaba. Me acerqué a la puerta con cautela y con un poco de intranquilidad por saber quién llamaba a esas horas, de repente abro la puerta y ahí estaba él, sí Melendi, cabizbajo, con una mano apayada en el marco de la puerta, su rostro se escondía entre la oscuridad de la noche, no me podía creer que estuviera en mi casa, buscándome de madrugada, alcé su rostro con mi mano y noté su mirada perdida, gire la cabeza ligeramente hacia la derecha y le invité a pasar.
-Pasa, sientate por favor. (No sabia el porque de la visita tan repentina, me tenia intrigada)
-Gracias...
-¿Que te pasa Melen? (Pregunté atónita a su visita)
-Siento molestarte a estas horas Lula, pero no sabia a quien acudir...
-Hey, (Dije con voz suave, cogí sus manos que las tenia sobre las rodillas, y me di cuenta, de al menos, uno de los problemas)- ¿y esas manchas de sangre? Por favor Melen mirame
-Ya esta se terminó todo Lula, hoy se rompió de golpe. (Caía una lágrima de su rostro entristecido)
-Melendi por favor dime que pasa
-Dama y yo nos separamos.
4. @Fans_Malu_Fans
A duras penas, me levanto y voy hacia la puerta, maldiciendo a la familia entera de quien estuviese ahí fuera. Al abrir la puerta me encontré a Patri, una Patri desconocida para mi, estaba asustada y había perdido su particular sonrisa.
- ¿Patri? ¿Qué..
No me dejó acabar. Se lanzó a mis brazos. La conduje hacia dentro mientras le acariciaba suavemente su espalda. Comenzó a llorar y yo cada vez estaba más preocupada.
- Tranquila. ¿Qué ha pasado, cielo?
Se apartó un poco y se subió la camiseta, a la vez que me enseñaba su brazo derecho. Tenía moratones por todas partes y algún que otro rasguño.
- Pa.. Patri- intenté arrancar cogiendo sus manos- ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo... Cómo te lo has hecho?- pregunté. La miré a los ojos esperando una respuesta.
- Abrázame- dijo en un sollozo- abrázame fuerte.
Le obedecí. Nos quedamos un buen rato allí de pie, hasta que noté que ya estaba más relajada. La senté en el sofá y le traje un vaso de agua fría.
- ¿Estás mejor?
- Sí, gracias amor - dijo con una media sonrisa en la cara. Le di un beso en los labios y le cogí de las manos.
- Bueno. Ahora que estás más tranquila, cuéntame que ha pasado- le dije dulcemente.
5. @sara_h_c
El timbre me sobresalto y me levante mosqueada para verquien era… Y allí estaba ella, Patri, la mujer de mi vida, mi ángel caído, me miraba sonriente y yo estaba bastante sorprendida porque ha saber que hacia aquí a estas horas.
-Hola eh, puedes decir algo no?- Me lo dice con la sonrisamas maravillosa en la cara y yo solo puedo sonreir y abrazarla.
-Que estas tramando? – le digo metida en su cuello y ella solo puede sonreír.
-Que bien me conoces joder… - me dice besándome como ella solo sabe y el mosqueo que yo tenia porque me habían despertado, se me ha pasado hace ya rato- vístete corre, que al final vamos tarde- me dice llevándome a la habitación casi a rastras.
-Cariño son las 4 de la mañana, es imposible llegar tarde a algún sitio a esta hora- Me sienta en la cama y empieza a sacarme ella la ropa al ver que yo me resisto.
-Malú te aseguro que para lo que vamos hacer si que llegamos tarde…- Al final me convenció y comencé a vestirme, la verdad estaba ansiosa por lo que pudiera ser.
A las 5 íbamos camino de lo que mi chica definió como el mejor madrugón de mi vida, no se yo si eso fuera ser posible, odio madrugar y lo sabe. Llevamos ya una hora de camino y aun no llegamos, no paro de hacerle preguntas para sonsacarle algo pero no suelta prenda.
Estamos ya lejos de Madrid, muy a las afueras y lleva la música puesta, lo canturrea todo, se le ve feliz, disfruta intrigándome… A las dos horas llegamos, llegamos a lo que tiene pinta de ser un cortijo bastante grande, yo lo voy mirando todo, cuando entramos del todo, fuera solo hay dos caballos arreglados y atadas, mi chica me mira sonriendo, mi cara tiene que ser un cuadro, pues no paro de sonreir mirándolo todo.
-Enserio? Un paseo a caballo?- mi chica asiente sonriendo y me mira.
-Y eso no es todo, esto no es un simple paseo a caballo, hay mas sorpresas, pero eso mas adelante- me da un beso rápido y baja del coche.
Del maletero sacar todo lo que necesitamos para montar, había pensado en todo. Mientras yo me cambio ella guarda algunas cosas que no distingo en una mochila y acto seguido se cambia y se pone una ropa parecida a la mia.
-Estas lista?- asiento y corro hacia ella besándola, agradeciéndole todo esto.
Nos subimos y empezamos a andar, Patri va guiando por donde tenemos que coger, tenia bastante estudiado el plan por lo que parece… empezaba a amanecer cuando llegamos a un gran lago, en la orilla había una mesa con todo un desayuno preparado, paro el caballo y me quedo totalmente sorprendida, mi chica me mira sonriendo, sabe lo que me gustan estas cosas. Ella da el primer paso y se baja del animal y me aguanta el mio para que me pueda bajar, los suelta y yo, acto seguido me subo encima de ella cual Koala y la beso, como nos gusta, como nosotras sabemos…
Desayunamos viendo amanecer entre risas, besos y charlas animadas. El calor empieza a salir mas de lo que ya estaba y se lo hago saber.
-Creo que tendríamos que irnos, hace demasiada calor ya no?- Mi chica niega con la cabeza y de su mochila saca dos trajes de baño.
-No cariño, este dia es de desconexión y creo que este es un gran sitio- empieza a cambiarse bajo mi atenta mirada y en cuanto lo esta, va corriendo y se tira al lago.
-Cambiate y vente! Esta buenísima! – Me grita como una loca y no puedo mas que reirme y empezar a cambiarme para encontrarme con ella.
Cuando estoy cambiada, me meto en el lago con ella, y lo único que quiero es poder agradecerle la mañana tan perfecta que me esta haciendo pasar, aunque a su lado todas las mañanas son buenas, ya no noto ni el cansancio de no haber dormido, con ella se me olvida todo.
-Gracias, gracias, gracias por esta mañana, por este dia… por todos los días. Eres lo mejor de mi vida- hablo intercalando besos por toda su cara.
Ella me coge de la cintura y me besa como solo ella sabe, volviéndome loca. Y nuestra mañana transcurre allí, las dos solas, sin mas, porque no necesitamos mas.
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Aquí teneis el segundo grupo de vuestras imaginaciones. Me encantan todas. Muchas gracias a los que habéis participado y espero seguir leyendo relatos.... Ya hay gente que me ha confirmado más. Jajajaja graaaaaacias.