viernes, 8 de agosto de 2014

RAZONES POR LAS QUE TE QUIERO. (2x02)


-Esto es genial. - Patri me preguntó a qué me refería y mi cabeza encontró un montón de posibilidades: caminar con una preciosa playa a la derecha, que la gente pase a nuestro alrededor sin dirigirnos la mirada, su mano rodeándome por el hombro y la mía agarrada a su cintura... Pero finalmente me bastó con decir dos palabras. - Estar contigo. 

-Me encantaría poder andar abrazada a ti en Madrid. - Y a mi me encantaría poder decirle que será así, sin embargo me quedé callada. - Aquí nadie se fija en nadie. 

-Quizá algún día... - Murmuré. - Quiero ir poco a poco, sin cometer fallos. Si llegamos a España y confesamos lo nuestro de buenas a primeras la prensa arruinará mi carrera, y después nuestras vidas. - Tragué saliva. - Ahora quiero concentrarme en mi gira...

-Oye, cielo, yo no tengo prisa. A mi con estar contigo me vale. En California, España o una tribu africana... - Reímos juntas. - Sé que tarde o tempranos lo nuestro saldrá a la luz, y a mi me encantará no tener que ocultarnos, pero las prisas son malas. 

-Todo a su debido tiempo... 

- Eso es. Ahora disfrutemos de Calif... - Frenó la frase. Aunque sabía cómo iba a terminar, deseaba escucharlo de su boca. 

-Eh, ¿qué pasa? - Chasqueé los dedos frente a su cara y, tonta de mí, se me ocurrió mirar donde ella tenía los ojos clavados. Una chica estaba en el suelo atándose los patines, y tenía un escote que casi nos muestra hasta el ombligo. Morena, alta, guapa y captando todos los sentidos de mi chica. - ¿Qué? ¿Te gustan? 

- No. - Miró a otro lado fingiendo desgana. - Son operadas. 

- Ya claro... - Suspiré. - Tengo a la novia más salida del planeta. 

- Lo que te iba a decir... - Cambió de tema como siempre que no quiere admitir algo. - ¡Disfrutemos de California!


Montar en bici por el Golden Gate Bridge, pasear en la playa de Santa Mónica, curiosear en Chinatown... Y una infinidad de experiencias únicas que estábamos viviendo en California. Después de la tranquilidad en Portugal pasamos al turismo frenético por Estados Unidos. Pasábamos el día de un lado para otro y al llegar al hotel caíamos rendidas a la cama, con los pies hinchados y sudor hasta en el alma, pero felices. Con ella daba igual el ritmo que siguiéramos, porque nunca perdía la sonrisa ni me dejaba perderla a mi. 
Me tiré en la cama del hotel y mis zapatos salieron disparados con una leve patada mientras Patri estaba en el servicio. Pero la tranquilidad duró poco, porque salió con las pilas cargadas. Estaba radiante como si no hubiéramos andado minutos antes kilómetros y kilómetros. Tiró de mi brazo para levantarme de la cama. A veces le pregunto cómo se llama la droga que toma para estar así de vital siempre, pero contesta con risas. No es broma. Necesito tomarla para seguir su ritmo. Al salir del hotel volvemos a lo mismo: andar. Pero Patri dice que soy joven y debo aguantar. Yo le replico que ella es más joven y por eso aguanta más, pero se niega a admitirlo. Me contesta indignada que ella no sería capaz de aguantar uno de mis conciertos y yo lo dudo mucho, porque hace deporte casi todos los días. De ahí que tenga esas piernas, ese abdomen, esos brazos, ese culo... Está delgada y tonificada. Y yo no me canso de repetirle que es perfecta. Lo más gracioso es que se sonroja. Ella. Sí. La misma chica chula que mira descaradamente escotes por la calle se sonroja cuando le halago. Y a mi me parece más perfecta aún cuando veo esa faceta tímida suya. Aunque, a decir verdad, creo que en pocas más situaciones la he visto avergonzada. 

De camino al Paseo de la Fama compramos unos perritos en un puesto y nos sentamos en un banco a comer. Creo que nunca había visto unos perritos tan grandes. La salchicha medía más que mi cara, y le habían puesto tantas salsas e ingredientes que chorreaba por todas partes. Pero los engullimos apresuradamente. Llevábamos sin comer nada desde esa mañana y nuestros estómagos rugían reclamando que buscásemos comida. Los besos sabían a mostaza, ketchup, queso e incluso pepinillos, pero la esencia del sabor de sus labios se conservaba. No sabría describir su sabor. Si alguna vez me preguntaran a qué saben sus besos respondería que a dulzura, amor, sensualidad... O a cualquiera de esos sentimientos que despierta en mí al rozar su lengua con la mía. Aunque es mucho más probable que si me hacen esa pregunta me quede callada, porque cualquier cosa que pudiera responder se quedaría corta en comparación a la realidad. 

-Me esperaba algo mejor. - Caminábamos por el Paseo de la Fama con las estrellas de John Lennon, Michael Jackson, Nicole Kidman y un sinfín de personas importantes a nuestros pies. - Mira a nuestro alrededor. - Levantó la cabeza. - Es una calle más. La única diferencia es que alguien ha grabado el nombre de los famosos en el suelo. 

-No sé... Es bonito. 

-Es decepcionante. - Bufó. - Siempre había querido venir aquí y es una porquería. 

- Se supone que la gente que tiene una estrella ha hecho algo importante. Es como un premio. 

-¿Y qué ha hecho Shakira importante para estar aquí? - En ese momento estábamos pisando la estrella de la cantante. - ¿Mover las caderas despertando deseos entre la gente?

- Es una artista importante, no digas tonterías. - Por dentro me estaba muriendo de la risa, pero si se lo hacía ver se vendría arriba. - Algo especial tendrá cuando han puesto aquí su nombre. 

-Oh, cariño, entonces prepárate. - Me paró de golpe y cogió mis manos. - En cuanto lleguemos a España te voy a llenar la casa de estrellas con tu nombre, porque tú si que eres especial. - Me miró con cara de angelito y pestañeó muy rápidamente. Estaba de broma, pero en realidad había dicho algo bonito. "Tú si que eres especial". Al mencionar tales palabras me cambió el rostro. Lo noté. Me quedé embobada mirándola. Con una sonrisilla de tonta que ni os imagináis. En cambio, ella seguía diciendo tonterías sobre lo estúpido que le parecían esas estrellas, pero yo ya no le escuchaba. - Eh, Malú, ¿me estás escuchando? 

-No. - Lo asumí y me eché a reír ante su atónita mirada. - Es que no me puedes decir que soy especial y luego seguir hablando como si nada. 

- ¿Por?

- Porque después de que me digas cosas bonitas sólo me apetece besarte. 

Sonrió aliviada destensando la expresión que en un momento se había apoderado de su rostro. Parecía que se esperaba algo malo. Entonces se acercó a mi y me dijo que la besara. Cuando quisiera. Que sus labios siempre estarían a mi disposición. Y yo no lo dudé. No pasó ni un segundo y ya estaba fundiéndome en su boca. Muero cada vez que pienso que es verdad que sus labios, sus besos y su lengua me pertenecen. Y no lo digo por decir. Ella me lo ha confirmado con palabras y con hechos. Y mis labios son también más suyos que míos, porque si no se posa sobre ellos siento que no tienen razones para estar en mi rostro. 


Al día siguiente volvimos a hacer las maletas y cogimos un coche que en una hora nos dejaría en Disneyland. Por fin. Íbamos ilusionadas y hablando de todo lo que habíamos visitados y lo que aún nos quedaba por ver. En el parque temático estaríamos dos días, que era lo que los habían aconsejado para disfrutar al máximo de Disneyland Resort. Pasaríamos tanto por el Disneyland Park, que es el original, como por el más reciente Disney California Adventure. Yo no tenía ni idea de lo que íbamos a ver exactamente. Dibujos, magia, personajes... Eso era obvio, pero la que se había encargado de hacer el planning para los dos días era Patri. Me dijo que no me preocupara, que eso lo organizaría ella. Y eso hice. Yo llamaba y programaba nuestra visita a Portugal mientras ella hacía mismo con la de California. Principalmente lo elegimos así porque su inglés es mil veces mejor que el mío, y ella no se cansaba de recordármelo. 

-Please... - Toqué la espalda de un hombre mayor que automáticamente se giró con una sonrisa. - ¿Dónde está... la... shop? - Hace veinte minutos Patri salió del hotel a por algo de picar y no volvía, así que me preocupé y decidí salir a buscarla. 

-Sorry? - Sacudió la cabeza extrañado. - Are you asking me about tonight's show?

(Traducción aproximada: ¿perdón? ¿me está preguntando por el show de esta noche) 
 
-¿Show? ¿Qué show? - Bufé. Definitivamente mi inglés era peor de lo que yo recordaba. - A ver... The shop... For... Food. 

-Oh! - Sonrió, parecía que ya me entendía. - The restaurant?

-No, joder. - Me llevé las manos a la cabeza. - Listen me... Señorito. 

-¿Qué pasa aquí? - Patri apareció por detrás cogiéndome del hombro. 

-¡Por fin! - Suspiré. - Le estaba preguntando al hombre dónde estaba la tienda para ir a buscarte. 

-¿En inglés? - Asentí y ella bufó. - Pobre hombre, lo que habrá tenido que aguantar. - Se adelantó un paso para acercarse al señor, que nos miraba sin entender lo que pasaba. - Sorry. Sometimes my girl suffers head problems. - Y yo no entiendo ni una palabra del perfecto inglés de mi novia, pero el hombre me mira con cara de pena. - It would be better to take her to the room and give her some pills. 

(Traducción aproximada: perdón. Mi chica a veces sufre problemas de cabeza. Será mejor que la lleve a la habitación y le de unas pastillas)

-Sure, care of her! - El desconocido me lanza una última mirada de ternura y se va. 

(Traducción: claro, ¡cuida de ella!)

-¿Qué le has dicho? 

-Nada. Que te perdonara por no tener ni idea de inglés. 

- Ni de coña. Me ha mirado con una cara muy rara. - No pudo aguantar más y estalló en carcajadas. - Idiota. Dime la verdad. 

- Cielo, en cuanto estemos en España vas a ir a clases de inglés. 

- No tengo tiempo para eso. 

-Pues hay que sacarlo, porque no sabes ni preguntar dónde está la tienda. - Ni el fuerte golpe que di en su hombro disminuyó su risa. 



Nada más entrar al Disneyland Park unas cosquillas me recorrieron el cuerpo de punta a punta. El sitio desprendía magia por todas partes. Castillos preciosos, colores por doquier, personajes de Disney caminando de un lado para otro... Increíble. Y Patri debió de sentir algo similar que expresó apretando mi mano y dejando salir de sus labios un simple 'guau'. Nos pasamos el día entero de atracción en atracción. Sólo hacíamos breves pausas para comer, ir al baño y gritar de la emoción. Fotos con Campanilla, La Sirenita, Maléfica... Perdí la cuenta en Mulán. Y no nos mintieron al asegurarnos que lo pasaríamos bien a pesar de no ser niñas. Pasamos de unas atracciones vertiginosas que nos daban la vuelta al estómago a otras preciosas en las que sólo podías disfrutar de su belleza. Cada atracción calaba tanto en nuestro interior que parecía que estabas dentro de la película. Nunca había vivido una situación similar a esa. Disney era mágico. 



Por la noche fuimos al hotel para ducharnos, ponernos algo decente e ir a cenar a Downtown Disney, el complejo de tiendas y restaurantes cercano a nuestro alojamiento. Dimos varias vueltas por el lugar. Todos eran bonitos y estaban excelentemente cuidados. Al final entramos a un italiano que nos llamó más la atención por las lucecitas que colgaban del techo. Acogedor, precioso y, para rematar, la comida estaba exquisita.



 Salimos de allí con el estómago a punto de reventar. Pensamos en ir directamente al hotel porque al día siguiente nos esperaba otro día frenético, pero al final optamos por dar una vuelta por la zona. No todos los días tienes la oportunidad de hacerlo. Unas vistas preciosas. Luces de colores bajo la intimidad que dejaba la noche de California. Nuestras manos se estrechaban y nuestros pasos seguían el mismo compás. Cuando llegamos a una especie de lago rodeado de piedras y césped paramos. Se sentó en el suelo apoyando la espalda en una gran roca y yo me dejé caer en su hombro. No había nadie cerca. Eran innecesarias incluso las palabras. Mirábamos el cielo estrellado y nuestras caricias lo decían todo. 

- ¿Qué llevas aquí? - Palpé algo duro en el bolsillo de su pantalón. 

- Nada. - Apartó mi mano. 

-Déjame verlo. 

-Que no. Que es sólo un papel. - Tras unos minutos de tensión, lucha por sacar el dichoso papel y forcejeo, lo conseguí. Estaba doblado en varias partes, y al desplegarlo por primera vez leí una frase de su puño y letra en voz alta. 

-"Razones por las que te quiero." - Sonreí instintivamente al ver que estaba roja como un tomate. - ¿Cuándo lo has escrito? 

- Mientras te duchabas. - Tragó saliva. - Pero Malú, no lo leas. Está sin acabar. 

- Léemelo tú. - Le tendí el papel. - Sólo lo que tu quieras leer. 

Asintió y lo tomó. Por lo poco que alcancé a ver era como una lista enumerada seguida de frases. Cogió aire varias veces antes de empezar. Estaba nerviosa. Apoyé mi cabeza en sus piernas y la dejé de mirar para que no se sintiera presionada. Un último suspiro más largo que los anteriores y comenzó a leer con con un pequeño nudo en la garganta. 

1. Te quiero por la forma en que me miras. 
2. Te quiero porque con un simple roce me robas la razón. 
3. Te quiero porque me encanta que te quedes embobada mirándome cuando crees que estoy durmiendo. 
4. Te quiero porque me aceptas tal y como soy, y sé perfectamente que a veces no soy fácil de llevar. 
5. Te quiero por cómo me haces el amor. 
6. Te quiero por regalarme sonrisas cada día. 
7. Te quiero porque me abrazas justo cuando lo necesito. 
8. Te quiero por todo lo que me transmites al cantar. 
9. Te quiero por cómo besas. 
10. Te quiero porque eres especial, y a tu lado pienso que yo también puedo serlo. 
11. Te quiero por cómo estás cantando ahora mismo en la ducha. 
12. Te quiero porque deseo pasar toda mi vida a tu lado. 
13. Te quiero por todos los te quieros que salen de tus labios dirigidos a mi. 
14. Te quiero por cómo trazas círculos en mi espalda antes de dormir. 
15. Te quiero porque me encanta quitarte con besos las manchas que se quedan en tus labios cuando bebes chocolate. 


No sé si quedaban más razones o acababa ahí lo que había escrito, pero frenó. Creo que no había llegado ni al punto cinco cuando las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos en un pestañeo. No era sollozo ni había una pizca de tristeza. Simplemente derramaba una lágrima tras otra por felicidad. Porque acababa de escuchar sus sentimientos. Quitó el papel de delante de su cara y vi que discretas lágrimas también recorrían sus mejillas. Y yo no sabía qué hacer. Estaba acostumbrada a que me dijera cosas bonitas, pero nunca había llegado hasta ese extremo. Cada frase escrita en ese papel era un elefante dando saltos en mi corazón. Porque yo sentía exactamente lo mismo, y todo eso podría haberlo escrito yo para ella. No había ningún fallo. Me erguí para poner mi cara frente a la suya y que nuestros ojos chocaran. Y juro que cada instante con ella se convierte en algo memorable. No sé cómo lo hace, pero parece que tiene un máster sobre mi, porque siempre sabe la tecla que tiene que pulsar para hacerme la mujer más feliz del mundo. 

- Madre mía, que cursi me he vuelto. - Rió mirando al horizonte. 

-¿Quedan más puntos?

- Sí. - Sonrió. - Llevo 32 puntos, pero estoy segura de que nunca llegaría al final. Cada día podría añadir cosas nuevas, porque cada día te quiero más. 

-No sé si eres consciente de lo muchísimo que te quiero... - Murmuré agarrando su mano. 

-Con que sea la mitad de lo que te quiero yo a ti me conformo. - Ambas reímos en voz baja. La quiero más que eso, lo tengo claro. 

Y la beso porque las ganas ya son irrefrenables. No sé si en ese beso caben todos los te quieros que me apetece susurrarle al oído, casi seguro que no, pero lo intento. Me paso entre sus labios tantos minutos que pierdo la noción del tiempo. Merecería la pena morirme ahí mismo si supiera que hay otra vida después donde voy a poder seguir disfrutando de momentos con ella. Supongo que hay gente que está destinada a estar junta, tanto en esta vida como en la siguiente si es que existe. Y rezo porque nosotras estemos entre esas personas, porque no me imagino una vida sin estar a su lado. Al separarnos, despacio, aún siento la corriente que se ha quedado en mi boca. Y, como si estuviera leyendo mi mente, suelta una frase que me atraviesa. 

-Cielo, si algún día dejo de sentir cualquiera de esos puntos preferiré acabar con esta vida y buscarte en otras. No me imagino respirar sin quererte.  

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Este capítulo se lo dedico a @Maria12gg, que es mi guardaespaldas y siempre ha apoyado la pareja Malú-Patri. ¡Grande!

Espero que os haya gustado y que sigáis opinando, tanto en mi Twitter o mi Ask ( Ask.fm/NovelaconMalu ) o donde queráis. ¡Muchas gracias!

@NovelaconMalu

5 comentarios:

  1. Precioso capítulo, es un capítulo que llega por un motivo por lo menos para mí, llega a mî a mi alma por ser algo cariñosin o ñoño como decîs las chicas ahora y esa ñoñeria te llena te entra ondo por el motivo que en una pareja siempre hay estos momentos de complicidad cariñosin, precioso de verdad que si,mi admiración total, un besito

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    1. Muchas gracias!! La verdad es que si, me salio ñoño... Pero parece que ha gustado jajajaja. Un beso Sara :)

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  2. Increíble como siempre de verdad. No hay palabras para describir lo que haces, y sí las hay seguro que la única que las conoces eres tu (que eres la que escribe de lujo) jejeje esperamos el siguiente como siempre, nunca decepciones, siempre haciendo magia con el teclado.
    Un besazo. ; P

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    1. Ayyy muchas gracias. Me alegro de que guste :) y espero no decepcionar.... Siempre temo eso.

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